En los albores del siglo pasado arribaron al puerto de Montevideo Cristóbal y Manuel García buscando, como tantos inmigrantes, forjar su futuro. Comenzaron a trabajar en las posadas vecinas al puerto. El espíritu emprendedor, el trabajo y el ahorro le permitieron adquirir una casa en el barrio Capurro donde establecieron un almacén y bar, típico de aquellas épocas.
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Don Cristóbal en un remate compró una batidora de helados, la cual decide adquirir sin imaginar que eso era el inicio de una empresa que transcurre hoy los ochenta años de actividad. Junto al bar, con su emblemático nombre "EL ONCE", con algunos consejos y mucha iniciativa comienzan con yema de huevo, leche y azúcar a elaborar sus primeras cremas heladas. Sus productos fueron inmediatamente apreciados por el barrio y en enero de ese verano de 1942 abren la heladería.
En el año 1960 la heladería se instala en el local que actualmente ocupa en la calle Millán, en el barrio Prado y hasta hoy los sucesores continúan con el espíritu que los hermanos imprimieron desde su origen. Así Ruben y Reinoso transmiten a Sebastián ese modo de entender el amor artesano y la elaboración del helado en base a las mejores materias primas naturales y el esmero en los procesos desde la elección, adquisición , preparación, pasterización y final batido para la entrega a los clientes.
En el barrio se la conoce como la heladería de los presidentes por su proximidad a la residencia presidencial. Varios presidentes e inclusive George W. Bush, cuando visitó Uruguay , disfrutó de su helado en Heladería García. De su larga trayectoria pueden mencionarse varias anécdotas como la de un cliente , que luego de treinta años en el exterior, al degustar un helado de frutilla dijo: “no lo puedo creer, es el sabor que tenía en la memoria, las mismas caras , la calidad de siempre”.